Ospitalean ere ikasten!

¡Aprendiendo en el hospital!

lunes, 17 de septiembre de 2012

Carpe diem porque tempus fugit.



Presente, presente, presente... Dicen que el presente es la única realidad a nuestro alcance, ya que el pasado se nos escapa y el futuro está por llegar. Pero por mucho que estemos en el aquí y ahora, no podemos evitar pensar en lo que pasó o en lo que vendrá. Nuestro cerebro esta 24 horas mecanizando momentos vividos y momentos por vivir, que nos mantienen vivos en el presente. 
El presente a mi parecer, consiste en tener la mente en blanco, pero reconociendo nuestras sensaciones y emociones; evitando que los recuerdos y el miedo al que vendrá nos paralicen. No por estar en el aquí y ahora tenemos que renunciar al pasado, ni a nuestras ilusiones, pero si que tenemos que darle prioridad y darnos la oportunidad, de saborear el momento, conectando con nosotros mismos y con lo que nos rodea. Estando angustiado por el futuro y lamentándonos por el pasado, es imposible prestar toda nuestra atención al presente. Creo que el presente, solo dura unos instantes, al igual que la vida de un pez. Un pez es el mejor ejemplo que se me ocurre como presente, porque dicen que los peces no tienen memoria, y no pueden acordarse de nada, y si no te acuerdas de nada puedes levantarte cada día y vivirlo todo como si fuera la primera vez. Uno, dos y tres, olvidar lo pasado y así sucesivamente. La mayor parte del tiempo vivimos con la cabeza en otra parte... podemos estar en clase y pensar en que pasaría si te declararas a aquella persona de la cual estas enamorada, podemos estar con las amigas y pensar en el examen que hicimos la semana anterior, podemos estar en el cine y pensar en que cenaremos cuando lleguemos a casa... Estamos continuamente analizándolo todo, para no cometer errores, o para tener la mayoría del tiempo de nuestra vida controlado o programado sin darnos cuenta de que estamos echando a perder el presente, el no pensar en nada, tan solo en mirar al rededor y disfrutar de todo lo que nos rodea, en parar el tiempo por unos momentos y respirar profundamente con tranquilidad dándonos el gusto de poder estar a satisfechos en cada momento sin que la cabeza nos vuelva locos de tantos contratiempos. El estar pensando en otra cosa nos quita la virtud de vivir y disfrutar de lo que está pasando en cada momento. Pensamos en algo totalmente inexistente y muchas veces nos aferramos al pasado por miedo al futuro, abandonando el presente. Muchas veces cuando vivimos en un presente no deseado, daríamos lo que fuera por poder cerrar los ojos y huir de un presente deprimente, pero la única manera de poder avanzar sin estancarnos es asumiendo la realidad. El presente dura dependiendo de la capacidad que tenga tu cabeza de no pensar en otra cosa. Como dice John Lennon en la canción de Beautiful boy: " La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes" El presente nos da la calma de saber que esto es lo que hay, si lo que realmente hay, es lo que deseamos. Si no, tendríamos que cambiar aquello que esté en nuestras manos o aceptar lo que no podemos alterar. Escuchar nuestro cuerpo, lo que nos pide en cada momento también completa la palabra presente. Es dejar la cabeza a un lado y escuchar a los pies, pensar con los pies, escuchar cada pisada; y que cada vez que cambiáramos de baldosa olvidáramos la baldosa anterior y no miráramos las baldosas que nos quedan por pisar. Resumiendo tener conciencia de lo que ocurre en ti y a tu alrededor, volver a las sensaciones y a las emociones para comprenderte mejor, saborear los buenos momentos de la vida sin huir mentalmente al pasado o al futuro en caso de problemas y de dolor son los principales pasos que hay que dar para sentir el presente.

Estamos hechos de pasado, de experiencias vividas, de superaciones, o de obstáculos que no nos dejan seguir hacia adelante, pero vivimos en un presente que muchas veces se nos escapa de las manos y viaja por nuestra mente como si fuera una maquina que pudiera viajar por el tiempo aunque físicamente estemos quietos. Y estamos obsesionados a mirar por esa bola de cristal que nos dice que pasará que camino tenemos que optar para no volver a cometer los errores del pasado, y eso acaba siendo la pescadilla que se muerde la cola. Por eso tenemos que deshacernos de la maquina del tiempo y la bola de cristal, para descubrir las ventajas del presente.


Brewster